martes, 12 de noviembre de 2019

Caíto Garzón: historias en el bajo


El músico jujeño recordó sus comienzos en la música, cuando apenas tenía entre 16 y 17 años, con su gran amigo Martín y el baterista “Bacho” Auad, con quienes formó su primera banda, “Sanguis”; “ellos de chicos iban a la iglesia y se les pegaron palabras en latín, de ahí viene el nombre. Hacíamos dos temas de Martín, siempre temas nuestros, apuntando a la música propia”.

“Meses después conocimos a un chico de Perico apodado “Zancudo” y formamos “Restos Rock”, y también tocábamos canciones propias. Teníamos cuatro o cinco temas. Era un homenaje a Sumo y el nombre viene de que éramos restos de otras cosas previas. Ese año se hizo un festival organizado por los chicos de SSJ Rap en Teatro Mitre donde tocamos tres o cuatro temas, y duramos hasta el  ´92 o ´93”.

A La Yugular entre rockeros



Cuando sus compañeros de banda se mudaron a otras ciudades para estudiar una carrea universitaria, Carlos permaneció en Jujuy  y conoció a los músicos Guille Manero y Demián Salerno, de la banda La Yugular; “fue en el 96; formamos un grupo que se llamaba “Balero Vudú” y hacíamos versiones de The Doors. En ese tiempo Demián era fanático de la banda. También estaba el tecladista Martín Lorenghel, que aprendió el solo de “Light My Fire” entero, y la tocamos una sola vez, en Colegio del Salvador, en un evento privado”.

Caíto también integró una de las primeras formaciones de La Rockera, en la que estaban el cantante Raúl Abram con el guitarrista pedro Gennari y el baterista Manuel “Monty” Cusi, quienes integrarían Battle Cry.”Los conocí en 1999 y tocamos juntos un año, una vez en un bar en calle Lamadrid. Ensayábamos en el taller de Seba, y esa época estuvo buena. Se armaban ensayos con muchas cervezas, pero en 2000 me fui. Ellos eran más Hard Rockeros y yo soy de otro palo, pero igual la pasé bien”.

Del Jazz al cabaret



Cuando su amigo Sebastián “Bacho” Auad comenzó a organizar recitales de Jazz, lo invitó a tocar junto a otro músico, Santiago Arias, que a pesar de tener 15 años en la época, ya se perfilaba como un gran instrumentista. “Tenían un trío con Bacho en batería, Alejandro “Droopy” García en guitarra, y Santi tocaba el bajo. Droopy estaba limitado en la guitarra y Santi era un virtuoso, tocaba todo; Bacho lo mandó a tocar la guitarra y me invitó a tocar el bajo. Nunca había tocado Jazz y nunca toqué, inventaba todo. Un día, Santi me explicó todo y pasé dos semanas estudiando 20 canciones. Aunque no se toca así, las memorizaba. Toqué con ellos 5 meses, en 2004. Nos presentábamos todos los viernes en un local de calle Güemes, que era chico pero under y bohemio. Aguanté 5 meses porque no tocaba Jazz, me perdía y era como sacarle una pata a una mesa. Al final me fui del Triciclo. Un año y medio después Bacho me llamó para tocar en Cabarette”.

Público y experiencias



Caíto considera que el público jujeño, para esta y otras bandas, “siempre fue difícil; no veíamos respuesta de la gente y hacíamos de todo, buenas canciones. Habíamos grabado, la banda era buena; teníamos a Pablo Alemán cantando, a Seba Salazar, Bacho, Droopy, músicos geniales, pero el público jujeño siempre fue muy frío, siempre mirando afuera, nunca apuestan por el arte local. Si hacés covers de cualquier banda, mala o buena, siempre buscan las versiones, más de Los Redondos o de La Renga”.

Al haber estado en varias bandas, tuvo muchas experiencias, y marca que no hay malas situaciones, pero recuerda que en un recital de Cabarette en un local en calle Lamadrid “un amigo, “Gordo” Rafa, andaba por ahí. Había un escenario de un metro de alto y se veía todo el salón. Rafa andaba con ganas de pelar, como siempre, y desde el escenario veía que andaba como un tiburón en el agua, con un puño alzado, hasta que encontró un candidato y le metió un puñetazo. Ahí se acabó la fiesta”.

“En otra ocasión, en el mismo local, tocamos con otras bandas y había barderos en la puerta y se armó una pelea. Alguien hizo tiros en la puerta. Un chico que trabajaba de mozo en el local había ido a trabajar en la camioneta que su padre usaba para trabajar, y los chicos hicieron lío. Cuentan que quien hizo los tiros a la puerta lo hizo porque no lo dejaban entrar”.

“Los años te dan experiencia y te das cuenta cuándo tocás bien, cuando la banda suena bien. Y el público era indiferente. De 50 personas que decían “qué buena la banda”, 4 o 5 iban al recital, y cuando tocás tus temas, en el 4º te piden canciones de Sumo o Los Redondos, y si sos Heavy te piden V8. Esas son las malas experiencias: cuando, a pesar de los años, no funciona. Cuando empezamos, en la década de 1990, la mentalidad siempre fue hacer temas propios. Había buenas bandas, como Sangre en Polvo o 30 Metros, de Perico. Todos los que empezaban a hacer algo lo hacían con temas propios, a lo que uno siempre aspira, a ser vos. No querés ser “tributo a”. Y con los años esa forma de entender el mundo se fue perdiendo, porque hoy por hoy se empieza haciendo covers, y cuando vi esa indiferencia de la gente me harté y pensé que no había forma de abrir la cabeza de la gente y que cambie”.



Entre los buenos recuerdos de Caíto está haber tocado en la fiesta de cierre del festival de cortos de cine de Huayruro, con el dirigente Carlos “el Perro” Santillán pogueando con el público; y explica que terminó tocando el bajo en bandas por su conocimiento: “tocaba la guitarra, y con Martín, mi amigo del alma, siempre guitarreábamos, sacábamos canciones. Cuando armó el grupo todos éramos guitarreros y sabíamos los acordes por los cancioneros en esa época. También estudié un mes con González, de Kamasutra, y me enseñó las notas del diapasón. Bacho armó el grupo y el único que sabía las notas era yo, porque el bajo era como una guitarra con dos cuerdas menos, son las mismas notas en la misma posición. Cuando empezamos nadie sabía las notas del bajo excepto yo, por eso agarré el bajo, no había bajista. Quizá fue algo inconsciente, aunque recuerdo que en la primera época de la banda escuchaba mucho a Los Fabulosos Cadillacs y lo que más me llamaba la atención era su bajista, Flavio. Es un gran bajista; lo escuchaba y me encantaba”.

Rebeldía y estrellas



Caíto también se refirió a si falta rebeldía en el Rock, considerando que “la gente se fue cerrando en cosas tontas; antes había más cabeza para enfrentar las cosas. Ahora tal vez uno se pone viejo y bobo pero ve que la juventud está cada vez más tonta. Seguro algo así les pasó a nuestros padres, pero antes había otra mentalidad, como hacer música propia. Todos eran más bohemios, más románticos, cada uno hacía sus letras y canciones. Eso forma parte de la rebeldía. Hoy, si no tenés celular o cuenta en Facebook o Whatsapp estás fuera del mundo y te meten en ese mundo a la fuerza”.

Además, dice que en Jujuy “hay estrellas de Rock pero no se las conoce. Hay bandas muy buenas, chicos que están trabajando desde hace años y grupos que recién comienzan pero suenan muy bien. No sé si podríamos decir “estrellas” pero seguro hay grandes músicos. Nunca se llega a formar un mercado porque no hay público, el público no llega a apreciar la música propia, siempre mirando para afuera. Es una cuestión del jujeño: lo que hay afuera siempre es mejor. Acá hay muy buenas bandas, como Napia, Tripulantes, La Yugular, La Rockera en su momento, o Battle Cry, pero no se las valora, y hay muchos músicos que se pierden en el camino por la indiferencia de la gente”.

Fotografía 2 cortesía Carolina Vera / www.facebook.com.

        


3 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo.... Saludos

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  2. "la indiferencia de la gente"... es bien sabido que el rock no ha sabido reinventarse, se perdio entre tantos contratos y merchandaising, al fin y al cabo los unicos que pudieron reflejar su arte a su antojo fueron los beatles y algunos mas, a quienes las grandes empresas dejaron libres para hacer lo que ellos quisieran en el estudio de grabacion. hoy en dia la industria cambio para mejor (para ellos, que son los empresarios) es mas facil montar un show de trap o de hip hop que una banda de rock, perdimos la estetica y la atraccion de aquellos años dorados de los 60 a los 80 y 90 donde el rock "vendia" y existian muchas empresas disqueras buscando nuevos talentos, hoy hasta a dividisos le cuesta llenar lugares en el interior. hablando de otros generos como el folklore los unicos grupitos que hacen giras y ganan gente (por asi decirlo) son los que se encuadran en una estetica "nocheresca" dejando de lado un sin fin de artistas que superan ampliamente la lirica y musica promedio.
    no es de extrañar que las bandas que arrancan con temas propios y con composiciones nuevas sean los que menos atractivos sean para el publico, sino son los que menor difusion poseen por no entrar dentro de l circulo empresarial.
    fuerza cabarette que siga el baile!!!


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  3. Felicitaciones Caito...te recuerdo del secundario, en el comercial 2..a seguir metiendo pilas...nadie es profeta en su tierra...el público jujujeño en su gran mayoría siempre de limito a lo popular y no los sacas de ahí
    Un abrazo enorme y muchos éxitos!!

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