Cuando algunas personas escuchan a “Droopy” tocar por
primera vez en su banda Cabarette, se preguntan cómo el guitarrista con tantas
influencias blueseras y rockeras armó y mantuvo esta banda, y para entenderlo
hay que entrar en su historia musical.
“Estuve 13 años en Tucumán”, cuenta, “y durante 11 años
toqué Blues. Cuando volví a Jujuy en 2001, después de la debacle, cuando se
vino abajo el país, quería seguir tocando Blues, y vi que quienes evolucionamos
en el estilo en Tucumán no éramos iguales a otros músicos jujeños, el camino no
era igual. Íbamos para el lado de Robben Ford o Kenny Wayne Shepherd, algo más
moderno, pero sin embargo teníamos reminiscencias a un Blues progresivo, de
Lynyrd Skynyrd, Allman Brothers, teníamos los 70 y los 90 en la manga, y todo
de afuera”.
Ave Nocturna, la banda principal de Droopy por 8 años,
estaba integrada por Seba en batería, Homero en bajo, Nicolás en teclado, Pablo
y él en guitarras, y Alejandra Ayala en voz. “Nunca escuché una cantante como
ella, es una mezzosoprano que canta de todo, y hasta hace poco tiempo cantaba
Folklore, donde le sobraba la garganta, por su formación en Blues. Todo eso me
dejó expectativas. En los bares jujeños se hacía Blues tradicional, que me
gusta, pero al tercer tema dejo la guitarra y me voy a casa. Puedo escucharlo toda
la noche, pero no tocarlo, me siento limitado, porque además soy guitarrista
rítmico, no líder, y me di cuenta, tocando Blues, creyendo que era fácil, que
para ser primera viola no necesitás mover mucho los dedos, sino tocar lo justo.
Y no me daba para eso. En 1993 estaba zapando con otros músicos, cada uno hacía
un solo o algo así, y le hice una seña al otro guitarrista para que metiera
algo, y nos despeinó con lo que tocó. Es Mateo Carabajal; si tuviera que elegir
tocar como alguien, elegiría tocar como él, pero me faltan 4 centímetros más de
dedos. Cuando lo escuché, le dije “a partir de ahora hacés los solos, ya las
rítmicas”, y hasta ahora toco guitarra rítmica. Si bien ahora soy el único violero,
hago los solos también”.
¿Te sentís limitado teniendo que centrarte en la guitarra
rítmica?
“No, lo que pasa es que depende del concepto. Cómo llegamos
a Cabarette fue gracioso, porque con “Bacho” Auad queríamos hacer Rock Sinfónico,
y también armamos un par de bandas de
covers con Raúl Abram, con quien la pasábamos muy bien. Una de ellas fue Tout
La URSS. Cuando empezamos con Cabarette la banda era otra, y el cantante, “Miky”
Chávez nos dejó para ir a trabajar a Buenos Aires; luego ingresó Pablo Alemán,
y en la base quedamos Bacho, Demián Salerno y yo, con Pablo en las voces, y
comenzamos tocando Reggae-Funk. Un año después de armarnos, Demián trajo a un
ensayo un CD de Sakatalites. Son una banda jamaiquina que prácticamente inventó
el Ska. Era una banda de sesionistas que tocaban en canciones de otros
artistas, y mientras escuchábamos el disco, apareció la canción “Simmer Down”;
cuando empezó, comenzamos a mirarnos raro, varios pedimos repetir la canción y
la escuchamos seis veces seguidas. Demián se dio cuenta ahí que había metido la
pata: quería tocar Reggae, se lo vimos en la cara, incluso ahora está en La Yugular.
Y ese día empezamos a tocar Ska, por la alegría y la energía que transmitía esa
canción. De adolescente escuchaba Ska: tengo los dos primeros discos de Los
Fabulosos Cadillacs, el primero de Los Pericos, y a esa edad compraba lo que
había, aunque no había mucho. Aprendí mucho de guitarra rítmica con ellos”.
A algunos les puede parecer que esas bandas son poco
técnicas o musicales, ¿crees que es así?
“Cuando escuchás los primeros discos de bandas argentinas,
sí, pero después van evolucionando. Los Auténticos Decadentes empezaron siendo
una olla cayendo al suelo, pero actualmente tenés a Jorge Serrano componiendo,
y escribe canciones que tranquilamente se podrían hacer en otros estilos. Sin preocupaciones,
podría estar vendiendo canciones a cualquier cantante melódico del mundo y
viviendo panza arriba en Los Angeles, mirando la playa, sin necesidad de
trabajar”.
¿Qué satisfacciones te dio Cabarette que no te dieron el
Blues ni el Rock?
“No diferencio mucho eso; pero tengo que decir que me dio la
satisfacción de poder desarrollarme como compositor. Cuando tocaba Blues y Rock
Sinfónico me basaba mucho en el trabajo de la guitarra, es decir, no como
rítmico, sino en canciones de 255 acordes, que era una discusión que siempre
tenía con Álvaro Cormenzana, quien me decía que la música no era así. Decía que
era demasiado, me mostraba partituras de música clásica de orquesta y me
preguntaba “¿dónde ves un acorde acá?” Pero me llevó 10 años entender las
cosas que me decía, porque era tan evolucionado, por un estudio formal, y
estaba metido en la música popular, que me llevó ese tiempo verlo cuando empecé
a hacer cosas. Me permitió, sin saltar del Blues y el Rock al Ska directamente,
sino pasando por una banda de covers y de Jazz, ver esto. El Jazz me permitió
saber que no soy virtuoso para tocar el estilo, porque no tengo velocidad,
conocimiento de escalas, ni la libertad mental que requiere. Tocar Jazz es como
abrir un libro, y cada vez que aparece un punto, cambiar de idioma. No tengo esa
facilidad de improvisación, solo algunos recursos, pero no tantos. Aunque sacando
temas para tocar en el trío de Jazz con Bacho y Santi Arias, descubrí la forma
de composición de Duke Ellington, y cuando lo hice, advertí cómo componen los pianistas,
y quise hacerlo así. No con el piano, sino con guitarra. Seba Cortéz, un
pianista amigo, me dijo una vez: “Chopin era guitarrista. Era pobre, no tenía
piano, y tocaba en la guitarra lo que después tocaba en el piano. El piano es
bidimensional, y la guitarra, tridimensional. Es parecida al piano pero tenés
que tocar de manera diferente para que suene como piano. Pero se puede”. A partir
de ahí comencé a componer melodías, y ahí está el secreto de la música: hay
miles de canciones con los mismos acordes, pero lo que las diferencia son las
melodías y la letra, aunque a la letra actualmente nadie le presta atención. Si
tenés una buena letra y un buen estribillo, está bien, es perfecto”.
¿Qué tiene que tener cualquier persona para ser músico hoy?
“Principalmente, imaginación. Para desarrollarla tenés que
tener curiosidad y saber usar las redes sociales, Youtube, principalmente. Cuando
surgimos no teníamos la facilidad de saber cómo se toca “Hipercandombe” de La
Máquina de Hacer Pájaros en Youtube. Y ahí tenés el video. Hace 30 años, cuando no existía eso, tenías
que estar sentado horas y horas sacando el tema, bajando la velocidad de un
disco de vinilo, tocando, y eso te llevaba mucho tiempo. Hoy todo es más
rápido, el tema es que, al ser así, agarrás lo primero que encontrás, lo que es
un gran problema. En cambio, si te ponés
a investigar y te metés en eso, no sabés dónde terminarás, pero es bueno porque
tenés una capacidad de conocimiento que no podés tener en ninguna otra cosa. Por
internet incluso podés comprar un CD con libros de armonías, con partituras de
Jazz, y podés estudiar la armonía”.
Hay estilos como el Trap que hacen pensar que esa
curiosidad, investigación, creatividad e imaginación se están perdiendo…
“Lo que veo es que es otra época. Hay simplificación en la
música para que llegue más rápido al público. Hay videos que explican que la
capacidad de atención del ser humano actualmente son 8 segundos, y si cada 8
segundos le cambiás algo a la canción te prestarán atención, si no, no
funciona. Los productores están en eso: hay canciones de Bruno Mars que cada 8
segundos cambian algo, y pensás “este tipo es un genio de la venta, conoce el
mercado”. Conocí a un chico que trabaja en una plantación en Monterrico, es
trabajador rural y quiere cantar Trap y Reggaeton, y pensando cómo ayudarlo, me
puse a investigar y encontré cosas en África que son muy distintas. Hacen la
música de forma muy diferente, son los reyes del ritmo, y se nota. Ahí te das
cuenta que no es igual a lo que nos venden acá, que es siempre igual, sino que
tienen variaciones que te dejan mudo. La música, la humanidad, todo salió de
África”.
Después de tocar en el Festival “Rock en las Montañas” en
Tafí del Valle, invitados por el productor “Chimpy” Molina, quien fue manager
de Karma Sudaca y Ave Nocturna, en los 90, Droopy contó que “la posibilidad de
volver a Tucumán, a Tafí del Valle, fue curiosa, porque viajamos a la provincia
pero nunca estuvimos en Capital, sino en Tafí, en 2010 y 2020. Esperamos que no
tengan que pasar otros diez años para volver. Nuestra idea es tratar de tocar y
salir de la provincia; algo que no pudimos hacer es salir mucho de Jujuy,
principalmente porque es muy costoso hacerlo. Compramos una Traffic algo
viejita y la estamos acondicionando porque creemos en un proyecto. No sabemos
cómo trabajan las bandas acá, pero es como que el mito de “Sexo, drogas y Rock
N´Roll” les cae tan fuerte que solo piensan en subir al escenario, pero
Cabarette, si tiene 15 años, no es porque nos guste tanto la fiesta, sino
porque creemos que es un proyecto que puede llegar más lejos de lo que lo
hicimos. Económicamente no podíamos, pero nos ayudaron para comprar el
vehículo, acondicionarlo, y podemos pensar en la banda. No veo eso en ninguna
banda en Jujuy. En el Folklore sí, que solo les falta tener un transatlántico,
tienen de todo. Es entendible que tiene más movimiento, hay más festivales,
pero en el Rock no existe la mentalidad de decir “este es un proyecto grupal,
en el que trabajaremos todos, sabiendo que no se gana dinero, pero porque
hacemos mal las cosas”, y en lugar de ir en colectivo a Salta podríamos pensar
en comprar una camioneta, viajar a Tucumán, a otras partes del interior, y eso
es lo que queremos hacer. También tuvimos la idea por una fecha que tocamos en
Ciudad Cultural, a la cual el bajista tardaba en llegar. El primero que llegó
fue quien siempre llegaba tarde; el segundo, quien vivía más lejos, y cuando
llamamos a su casa nos dijeron que había salido a mediodía. Al rato apareció
caminando, con el bajo a cuestas, y colorado por el calor. Vive en barrio Alto
Comedero, y por no decirnos que no tenía dinero ni para tomar un colectivo, ni
preguntarnos si podíamos buscarlo, caminó hasta allí”.
Fotografía 9: cortesía Prisma, https://www.facebook.com/alejandro.d.garcia.940/timeline?lst=1490162998%3A1505023216%3A1579628525.
Fotografía 9: cortesía Prisma, https://www.facebook.com/alejandro.d.garcia.940/timeline?lst=1490162998%3A1505023216%3A1579628525.
No hay comentarios:
Publicar un comentario