viernes, 11 de octubre de 2019

Pedro Gennari: juramento de lealtad al Rock

A pesar de lo que muchos opinan cuando escuchan discos de Stridor o Battle Cry, el guitarrista Pedro Gennari considera que cuando alguien dice que es un héroe de la guitarra “están completamente confundidos y no conocen el concepto héroe. Me considero un entusiasta de la guitarra; nunca estudié formalmente, todas mis horas y años de formación fueron más a pulmón que otra cosa. Héroes de la guitarra son Yngwie Malmsteen, Paul Gilbert, Richie Kotzen, John Sykes, personas que me marcaron. Y si vamos más atrás hay que nombrar a Jimi Hendrix, Jimi Page y Richie Blackmore, ellos son héroes por marcar la historia, un antes y un después con su instrumento”.

¿Esta raza agoniza con las nuevas bandas y estilos?

“No, está mutando. Hoy por hoy el Rock es muy poco popular, hay muy pocas personas que siguen el Metal clásico y el Hard Rock. El Heavy Metal y el Metal Extremo son un poco más populares y cada uno tiene sus virtuosos, su referente a la hora de hablar de guitarristas. Creo que esto nunca dejará de suceder: siempre habrá una persona que admira a otra en el Rock o el Metal y hay jóvenes que tocan bien y están formándose. Tal vez tocarán mejor que las generaciones que venimos haciéndolo desde hace 20 años porque estudiaron o se dedicaron a ello un poco más. Habrá guitarreros y bandas de Metal por siempre”.



El Rock y el Metal siempre tuvieron mensaje pero la música y la política, ¿pueden mezclarse?

“Sí, es obvio que todo es política, la cuestión es qué querés decir como músico, como comunicador. V8 siempre tuvo la política a flor de piel, no desde el lado de apoyar a alguien sino a todo lo contrario. Argentina está politizada por donde se vea, así que es muy difícil no tener un atisbo de política en el mensaje. No lo veo mal, pero sí veo mal el hecho de decir algo para tener algo a cambio, eso es absolutamente contrario a lo que, a mi juicio, es el Rock o el Metal. Si diré que voten a alguien porque me convendrá no es Metal, es otra cosa”.

Estuviste en Stridor, Dominus Umbrarum, La Rockera, Hearts On Fire y otras bandas, ¿qué te dejó cada una de ellas?

“No sabría por dónde empezar; cada una me dejó una experiencia muy linda, una parte muy grande de mi vida que se transformó en música. Es muy raro pensar qué me dejó Stridor; en su momento, dolor de cabeza, pero una experiencia muy linda. Aprender a tocar en grupo y todos juntos. Seguía a Guille (Cazón) porque estaba mejor en la guitarra. Cada uno iba por el lado que le convenía: me compraba un libro de tablaturas y él hacía lo mismo y los intercambiábamos. Él tomaba clases con un guitarrista y me enseñaba lo que aprendía, si compraba un VHS instructivo de guitarra lo compartíamos, y aprender a tocar haciendo música es impagable e increíble. Además tenés la amistad con la que luego de estos años no te ves mucho, pero cuando lo hacés, retomás la conversación que tuviste hace cinco años, algo que es muy difícil de lograr. El reconocimiento que tuvo Stridor fue muy importante para la época y para mí, porque me abrió puertas a otros géneros que quizá eran más afines a mi gusto, y estaba bueno tener la oportunidad de experimentar en otros lados, con otra gente. Esa etapa fue muy divertida. Le guardo un cariño importante a esa banda”.



“Battle Cry es la mitad de mi vida; ahí están los hermanos que mi familia no me dio. También tenemos problemas y quiero golpearlos cada día que pasa, pero esa es la familia, tenemos esas sensaciones de amor y odio. Es muy raro pensarme sin Battle Cry, es una parte muy importante de mi vida”.

“Había gente de Battle Cry tocando en La Rockera, y por mi amistad con los otros chicos terminé ahí medio de rebote. Ahí también aprendí a tocar la guitarra y fue donde más tuve que hacer solos y estar expuesto a la hora de tocar. Tuve que aprender porque, por un lado, Raúl y Martín me tenían corriendo, y por otro, tocábamos muy seguido, hacíamos muchos covers y nunca fui una persona que se sentaba a tocar los solos tal cual son, por una cuestión de tiempo, y principalmente, de vagancia, ja, ja. Pero las cosas que se crean ahí son bastante interesantes. Me gustó mucho el desafío de tener que tocar un recital de 30 canciones y es bueno grabar disco, hacer las letras y viajar”.

“Con Hearts on Fire fueron dos años de Hard Rock puro, fue una de las bandas en las que más me divertí haciendo lo que quería hacer. Cantaba Ale y fue un “dos por uno”: tocar con la persona que amás la música que amás fue un sueño cumplido”.

“Fui a Salta a tocar con una banda de Black Metal, Ecliptic Sunset, y eso también fue muy interesante. No llegué a grabar con ellos pero salgo en un par de videos, uno de la presentación del primer disco en un teatro salteño y otros dos filmados, del segundo disco, con todo el maquillaje y la parafernalia del Black Metal. El estilo me gusta mucho, así como el Metal Extremo. Nunca había tenido la oportunidad de estar en una banda tan extrema y fue muy bueno. Me quedó la amistad con ellos y el desafío de tocar en otra provincia con músicos de otra provincia. Entré por una invitación del cantante, Alejandro Medina, y fui conociendo a los demás en los ensayos. La banda tenía una arista muy interesante; deben seguir teniéndola, tendría que verlos en vivo. En noviembre tocarán de nuevo después de mucho tiempo”.

“Los miembros de Dominus Umbrarum éramos muy amigos con otra banda, ensayábamos juntos, y de repente algunos miembros de la misma se juntaron con nosotros y armamos la banda para divertirnos. Hacíamos covers de Dimmu Borgir y Children Of Bodom, para sacarnos las ganas de hacerlo. Una vez tuve que tocar con las tres bandas juntas: Dominus Umbrarum, La Rockera y Battle Cry, en un local de calle Güemes. Fue muy divertido aunque nunca volví a hacerlo, nunca tuve que tocar con tres bandas en una sola noche de nuevo”.

¿Qué aprendiste de la escena, las bandas y el negocio de la música en todo este tiempo?

“Que hay que ser coherente con lo que uno dice y hace; es lo más valorado. Después de 20 años de estar en bandas lo único que sé es que hay personas que vendrán con la verdad y esa es la gente a la que hay que ayudar, con la que hay que codearse. Habrá otros que están de paso, de moda, que hoy les conviene y después no, eso pasa en todos lados. Lo que me dejó el hecho de estar en todas estas bandas y tener una vida orientada a la música es una muy linda base de amigos; puedo asegurar que hay mucha gente que me estima y la cual estimo gracias a habernos conocido por una banda o la escena. Y también el hecho de viajar: conocí muchas provincias y países como Bolivia gracias a la banda. Si no hubiera sido por ella tal vez no habría conocido lugares en los que estuve y agradezco mucho eso. Es muy divertido el hecho de estar preparando de repente tus cosas porque tenés que tocar en El Impenetrable en el Chaco o en Corrientes, o de pronto estás en Santa Fe, la provincia de tu familia y donde viajo de niño, y estoy esperando a los chicos porque tocaremos allá. Viajo en Navidad y Año Nuevo y los amigos de allá organizan un recital para que podamos tocar. Lo mismo en Catamarca y La Rioja donde hay una sensación increíble de amistad y hermandad”.



Fueron muchos años y bandas; ¿cuál es tu mejor y peor recuerdo?

“El mejor recuerdo es cuando salen los discos, cuando vas a presentarlos. Recuerdo la alegría que teníamos cuando nos dieron el master del disco de Stridor, no podíamos creer tener un disco. Teníamos 19 años cuando lo editamos y no teníamos noción de lo que estábamos haciendo. Fue un momento muy lindo telonear a A.N.I.M.A.L. y que en Sociedad Obrera haya 800 personas, era muy fuerte para la época. Me gustó mucho y todavía no caigo de todo lo que pasó en los ´90”.

“Con Battle Cry es bueno poder mantenernos en el tiempo, y el mejor recuerdo es el próximo ensayo. A veces renegamos, pero poder seguir haciendo lo que uno ama es increíble. No puedo decir cuál es el mejor recuerdo con ellos porque creo que está por venir”.

“El peor recuerdo con Stridor es cuando la banda se desarmó; teníamos el disco en la mano, y de repente los chicos decidieron ir por su lado y está bien. Uno tenía que estudiar en Córdoba, otro quería dedicarse a otro estilo musical, y de repente uno se vio solo y como que ya no daban ganas de armar la banda de nuevo porque era la banda de tus amigos. Eso es algo que hasta hoy la gente no entiende: no puedo armar Stridor con otras personas porque no son mis amigos. Si se quiere hacer una banda tributo que se haga, no hay problema, tal vez hasta los ayudaré y seguramente iré a ver sus recitales, pero armar una banda que se llame Stridor con otras personas que no sean esos chicos no es posible”.



“Lo peor que recuerdo con Battle Cry fue cuando no nos dejaron entrar en Bolivia y estuvimos en la frontera 12 horas, no sabíamos qué hacer, pero todo tuvo un final feliz porque la gente de Tartagal nos recibió un día antes. En todos los sentidos, en todas las bandas, cuando se termina la banda o cuando ya no se puede seguir es el peor recuerdo. Un recuerdo feo también queda cuando uno le pone el mejor esfuerzo a su proyecto, no digamos banda porque puede ser cualquier cosa, y la persona en la que confiabas y creías que iba a acompañarte no lo hace. De esos recuerdos tengo varios pero hay que dejarlo ir, y si no se dio, por algo será”.

¿Qué te falta concretar?

“Ganar dinero, tener mi casa, No quisiera tratar objetivos a corto o largo plazo; tenemos objetivos con la banda, quizá tenga ganas de hacer cosas en mi cabeza pero no tengo una meta fijada, reacciono al momento. Mi plan es tratar de dar lo mejor en el momento que sea necesario. Si dijera “disco solista” estaría mintiendo; si dijera “ir a vivir a Buenos Aires y tocar en una banda de Buenos Aires para ver cómo es” también. Soy jujeño y no quiero irme”.



El niño Pedro que jugaba en su habitación a tocar con Scorpions escuchando sus discos ¿está contento?

“Está feliz porque puede seguir haciendo lo que quería: jugar con una caña de pescar de seis cuerdas que se enchufa y suena. Parte de la felicidad de uno está en la música. El hecho de tener más de 40 años, poder seguir tocando sin que sea un problema, haciendo lo que te gusta, que la gente responda, es fascinante. El hecho de, con éxitos y fracasos, poder balancear tu vida profesional, musical y personal es muy bueno”.
                  


No hay comentarios:

Publicar un comentario

UnaKan: Concilio Heavy

  Antes de entrar en detalles hay que ser sinceros: el esperado nuevo capítulo/E.P. de UnaKan, “El Concilio” es una obra maestra de Heavy Po...