miércoles, 9 de octubre de 2019

Unakan: criaturas de la medianoche


Pocas semanas después de la edición del primer E.P. de la banda, “Capítulo 1, AlmaLobo”, el tecladista de Unakan, Ezequiel Molina, contó cómo surgió la banda, marcando que “sería como una idea que estaba dormida. Hace varios años quise armar un proyecto que involucre a muchas personas y tenga mucha virtualidad, que no sea necesario vernos con todos los involucrados en persona, y en ese tiempo no había medios suficientes para hacerlo de esa manera. No había tanta fluidez en la comunicación virtual como ahora, no existían Whatsapp ni Facebook, todo era por correo electrónico, y una respuesta por correo no es tan rápida como una instantánea. En cuanto a tecnología pasaba más o menos lo mismo: no todo el mundo tenía la posibilidad de grabar en su casa o tener un estudio, pero aun así intentamos hacerlo”.



En esa época, Ezequiel trabajaba con el bajista de Puerto Madryn Benito Vidal (quien grabó en el E.P.),  armando las primeras composiciones; “invitamos a un par de guitarristas porque en ese tiempo éramos solo teclado y bajo, hicimos tres canciones con algunos invitados, y la idea quedó ahí, no pudimos continuar. Pasó el tiempo y la cuestión quedó latente, pero hace tres años se me ocurrió reflotar no la misma idea, sino el concepto de hacer un proyecto de estudio, que no sea igual que una banda. La idea salió, sobre todo, de las ganas de componer y grabar, y para eso, si querés resultados pronto, tenés que encarar todo de otra manera. El concepto de banda es reunirse a ensayar, que todos estén conformes, y se trata mucho de ensayar, de muchas reuniones. En este proyecto yo quería producir rápido, tener resultados pronto, y además, hacerlo con amigos. Eso es lo bueno de la música: poder compartir con gente que piensa parecido a vos así”.

Además, Ezequiel recordó que “de esas dos ideas salió lo de armar el proyecto y se me ocurrió invitar a Miguel Burgos, que venía de tocar en Centinela, banda de Power Metal. Sabía que estaba muy metido en el estilo, había escuchado sus composiciones y me parecía el más apropiado para hacer lo que planeaba musicalmente. Quería tocar el Power con el que crecí, el de los ´90, que no suena como el de ahora, que esta muy estilizado, sobre producido y demasiado prolijo, y me gusta más la época de los ´90”.



Cuando empezaste a trabajar, ¿sabías que el disco hablaría de mitos y leyendas?

“Sí; conocí de chico el libro “Seres Mágicos” de Elena Bossi, recordaba la tapa y siempre lo veía en la vidriera cuando pasaba por una librería, y se me ocurrió conseguirlo y hojearlo. Ahí encontré los mitos y leyendas que conocía pero con mayor detalle, así que me pareció una buena fuente de inspiración para tomar algunas ideas. No todo porque el libro está más orientado a los niños y es inocente en algunas concepciones; yo tenía la idea de tomar material de ahí pero darle un toque más adulto, un poco más de misterio y quizá agresividad en algunas cosas, pero de entrada la idea fue hacer un disco conceptual en el que cada canción contara la historia de un ser mágico”.

¿Quién compuso las canciones?

“Fue mutuo, porque si bien tuve la idea y convoqué a Miguel, ya tenía muchas cosas pensadas pero eran ideas sueltas, grabadas con teclado y sabiendo qué quería que tratara cada pieza musical o idea que tenía. Había una estructura general pero quería que Miguel haga su aporte desde la guitarra, porque uno no puede tener la visión de cómo será el tema porque no es multi instrumentista. Compongo desde el teclado y siempre hay cosas que faltarán. Lo más importante son los riffs de guitarra, y es difícil componerlos desde el teclado, entonces, a veces tengo algunas ideas y Miguel es quien les da forma, pero la composición fue completamente mutua. No hay ninguna canción que pueda decir “es mía” o “es de Miguel”, se fueron armando entre los dos”.



¿Fue difícil conseguir a los invitados?

“No, porque son amigos y sabía que, de 6 invitados, 5 aceptarían participar, o 4. Pero por la buena onda que tenemos con esa gente, y además, porque teníamos previsto mostrarles un producto medianamente elaborado y no invitarlos desde el comienzo, con lo que todo es muy incierto, las cosas salieron. No era la idea, por ejemplo, reunirnos a charlar, decidir armar un proyecto y elegir invitados sin tener canciones, sino ir concretando partes y comenzar a sumar personas. Cuando armamos el proyecto, en las primeras charlas, sabíamos quiénes podrían ser los invitados. Todo fue muy planificado. Obviamente, invitamos a todos mucho después, pero teníamos una lista de personas que queríamos sumar al proyecto. Cuando tuvimos las primeras composiciones comenzamos a hacerlo y al toque dijeron que sí, a pesar de que técnica y tecnológicamente no sabíamos cómo trabajaríamos. Teníamos en mente cómo, se los propusimos, y no sabíamos cómo grabarían en sus provincias, pero dijeron que sí, y los detalles se fueron solucionando sobre la marcha”.



¿Hubo aportes suyos en las canciones?

“Grabamos; algunos de los primeros demos que hicimos fueron instrumentales y otros tarareados con nuestras voces, algo muy primitivo. Le pedimos a Leo de Battle Cry que “tradujera” esos balbuceos, las ideas que teníamos, tarareadas, en la cabeza o instrumentos, y que lo llevara a una voz entendible. Nos reunimos en su casa, él solo tenía un micrófono y le cantábamos las partes para que él lo interpretara. A pesar de que fue muy casero, los demos quedaron muy bien. Eso fue lo que enviamos a los cantantes invitados y les dimos libertad para modificar letras, melodías, estructura, todo lo que quisieran, porque la idea era que se sintieran cómodos, no que les dijéramos cómo tenía que ser el trabajo. Son cantantes y tienen muy en claro cómo cantar. Les dijimos: “esto es un boceto y podés modificarlo como quieras”. Todos trabajaron libremente y algunos grabaron con Whatsapp; les mandamos la versión “cantada” y la versión instrumental, pusieron el instrumental fuerte en el fondo, tomaron Whatsapp y grabaron una primera idea de lo que querían. Luego escuchamos esas grabaciones, les consultamos algunas cosas y fue un trabajo como si hubiéramos estado juntos pero virtualmente, con intercambio de opiniones hasta que todos quedaban conformes con una idea y se grababa la versión definitiva”.   



¿En qué etapa de desarrollo está el “Capítulo 2”?

“Para el Capítulo 2 compusimos cuatro canciones y trabajamos en un cover; probablemente no incluya los cuatro temas sino tres, de los cuales uno será instrumental. Teníamos ganas de hacer algo así porque se usaba mucho en el Power Metal de los ´90; actualmente no lo sé, porque no escucho tanto del estilo, pero antes se grababan muchos instrumentales, con los que se puede demostrar mucho más la destreza de cada uno de los músicos y hay muchos solos y arreglos. Ese tema quedó muy bien, y habría dos canciones más contando historias de seres: una es de El Familiar y la otra de El Duende. Dejaremos el cuarto para el siguiente Capítulo. Estamos trabajando, tenemos la primera versión demo instrumental de todas las canciones, haremos una preproducción con voces, con un trabajo de teclado y guitarra más elaborado, y luego pasaremos a la grabación definitiva, pero cuando tengamos la preproducción queremos enviar el material a los invitados”.


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